Para combatir la inseguridad y el crimen organizado, el Gobierno planea tomar medidas drásticas. El doctor Ronald Vílchez argumenta que el problema no se soluciona (solo) con el aumento de penas, sino con formación.
Por Gianfranco Quispe Alarcón. 28 febrero, 2023. Publicado en Correo, el lunes 27 de febrero.Recientemente, el caso del asesinato de varios miembros de una familia en Lima, aparentemente por un “ajuste de cuentas”, conmocionó a todos y puso en evidencia la continua ola de inseguridad. Esta semana, la presidenta anunció la convocatoria del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana para adoptar acciones urgentes, concretas y drásticas contra la delincuencia común y el crimen organizado. Al respecto, el doctor Ronald Vílchez, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, indica que una de las vías para enfrentar los retos que presenta la delincuencia no solo abarca reexaminar la estructura jurídica y estado de nuestra sociedad, sino también el concentrarse -aunque parezca obvio- en la formación de la persona. Claramente, el desafío se presenta en los dos frentes.
¿A qué se debe esta inseguridad imperante?
Sin duda esta es una pregunta que escapa a un análisis que puede hacerse desde el Derecho penal. Y ya dentro de éste, no se puede contestar que por falta de leyes. Pues hay muchas y muy severas. El problema nace del descuido de los valores, la ética, la falta de educación en casa, en el colegio, universidad, etc. Esta formación no la puede suplir (ni le corresponde) el Código Penal ni la publicación de una ley especial. En cuanto a lo que el sistema penal se refiere, es necesario -en cualquier caso- que se analicen las estructuras básicas, que los operadores jurídicos se capaciten y se pongan en marcha su aplicación de un modo coherente.
El contexto de crisis política, ¿agudiza esta realidad?
Es cierto que se podrían relacionar determinadas figuras, por ejemplo, que ante la falta de un sistema jurídico fuerte, la suerte está en conocer quién es el que resuelve o contra quien se quiere aplicar la medida. Sin embargo, si nos concentramos en lo que tenemos hoy por hoy en el sistema penal, hay algunas medidas que parecen extrañas justamente en este contexto, tales como la atenuación de la pena o la suspensión de la ejecución de la pena y sus respectivas excepciones, que bien vale la pena reconocer y aplicar según sea el caso
¿Es necesario modificar las leyes existentes, en qué sentidos?
La promulgación de nuevas leyes no va a convertir mágicamente a las personas; el problema del origen es la educación. Para poner en perspectiva, hay leyes para imponer cadena perpetua a los violadores de menores de edad o para sancionar drásticamente a los feminicidas, pero esto no ha significado un descenso en el número de estos crímenes.
Si los legisladores quieren dar la imagen a la sociedad de que algo está cambiando, el camino más fácil es aumentar las penas, pero esto no funciona, no tiene el efecto que busca. En lo que sí se debe apoyar es en el mejoramiento de la infraestructura del área jurídica del país, ya sea creando nuevas comisarias o mejorando los recursos de los despachos penales públicos que ya existen.
Pareciera que no se hace mucho por resolver el problema de la delincuencia. Es común que los delincuentes salgan libres rápidamente o que las víctimas nunca encuentren justicia …
Aquí es importante distinguir algunos planos. Por ejemplo, el técnico, esto es, cómo funcionan las figuras, qué suponen, su alcance, legitimidad, etc.; y el de, podríamos decir, de la percepción de cómo funciona el sistema penal (sin conocimiento de leyes o del sistema). Sobre esta base las respuestas a las que se lleguen pueden ser muy distintas y por eso hay que ser muy cuidadoso en el momento de procesarlas. Por ejemplo, en el terrible caso de una niña violada por el “monstruo de Chiclayo”, la jueza ordenó prisión preventiva de 8 a 9 meses contra el criminal y la gente enardecida fue a tirar piedras a la casa de la jueza, porque pensaban que esos 8 meses era la condena. Claramente, desde un plano de percepción del sistema, esto era inidóneo o insatisfactorio. Desde la base técnica, se sabe que no es una pena, sino una medida de coerción. Si se pregunta y se responde sobre la base de la percepción, entonces se obtendrá una respuesta que se construye sobre la idea de lo insatisfactorio. Si se pregunta sobre la base técnica, sin duda se entrará a cuestionar los presupuestos, pero no dejará la sensación de que no se está haciendo nada para luchar contra la delincuencia.
¿Cuáles son las instituciones y las autoridades que deben enfrentar la inseguridad ciudadana y resolver este problema?
La familia, para empezar. Luego, las instituciones educativas, asociaciones, clubes, etc. Somos todos los ciudadanos, los que estamos metidos en esta problemática social; solucionarla es una tarea de todos.
¿Conoce algún caso de éxito internacional, de algún país con un contexto similar al nuestro, que haya logrado reducir la inseguridad ciudadana?
Se suele comparar lo que se ha logrado en algunas ciudades de Chile, pero esto no es gracias al aumento de las penas; sino que se relaciona con la gestión de la educación, el control de riesgo y otros factores de formación, que alejan a una persona de convertirse en un criminal.